Mi madre se piensa que trabajo en una trinchera y que todos los días me juego la vida. Es lo que les pasa a las madres que no entienden en qué demonios trabajan sus hijos y se montan películas en su cabeza para hacer su trabajo de madre todavía más difícil. Hay otras madres que no tienen ningún reparo en mandar no a uno, sino a dos, de sus hijos a la guerra. No seré yo la que ponga en duda la capacidad de ser madre de nadie. Bien podría haber sido una estratagema para deshacerse de su descendencia.
Personalmente, Bruno y Sylvain me parecieron bastante insoportables. Dos adolescentes malcriados que deciden, allá por los años 90, irse al Líbano, en plena guerra civil, para ayudar. Me recordaron a alguien a quien oí decir una vez que siempre había soñado ir a África para erradicar la pobreza del mundo. Hay gente que debería estar condenada de por vida a quedarse en su salón comiendo palomitas y viendo El rey león. Serían mucho más útiles a la humanidad.
Los dos hermanos, no sólo tienen el consentimiento paterno para ofrecer sus, sin duda invaluables, servicios en un país en guerra, sino que también disfrutan del beneplácito de la tía que trabaja con la Cruz Roja libanesa. Para que luego hablen de familias disfuncionales. Y lo peor de todo es que, casi quince años más tarde, deciden escribir una novela gráfica y jactarse de su aventura. Y te cuentan cómo no llamaron a sus padres durante toda su estancia en el Líbano, cómo se aventuraron en zonas de conflicto, cómo celebraban los obuses que les pasaban por encima y cómo no entendían que nadie aceptara sus servicios. Como si la guerra fuera un juego y ellos dos héroes inmortales que están por encima de los horrores que ésta conlleva.
Las únicas viñetas que disfruté fueron las del principio del tercer capítulo en las que un sacerdote les pone los puntos sobre las íes. Traduzco parte del diálogo:
– ¡Aquí tenemos a los dos franceses que vienen al Líbano para ayudar! ¿Qué sabéis hacer? ¿De qué favor vuestra misericordia nos dará limosna?
– ¿Y por qué no decir más bien que habéis venido aquí para pagaros un escalofrío barato?
– Claro que sí, habéis venido para poder haceros los valientes cuando volváis a casa. ¡Para poder decir que habéis visto la guerra! ¿No?
[…]
– ¡Venga, marchaos! Aquí hay gente que consagra toda su vida a los demás durante todo el año y sin pensar en ellos mismos. No tenemos tiempo para perder con vosotros.
– Nos molestáis. No nos hacéis ningún favor. ¡Volved a Francia! ¡Aquí no tenéis nada que hacer!
Y alguno, como yo durante una milésima de segundo, pensará que esta conversación les abrió los ojos. Pero no. Se marchan con un “¿pero quién es este facha?” Y cierran la novela gráfica (casi cien páginas más adelante) con la despedida de la tía que les asegura que con sólo su presencia ya han hecho bastante. Que su visita ha ayudado a mucha gente a darse cuenta que el mundo exterior no olvida al Líbano. Ellos se marchan con la sensación de haber sido útiles. Y, orgullosos, escriben su aventura una vez adultos para darle de comer a su ego. Su tía, que les debe querer mucho, les cierra la novela con una carta que bien podría servir de recomendación al premio Nobel de la Paz.
Una verdadera lástima que no haya más Sylvaines y Brunos en el mundo.
De verdad que sí.
PD. Gracias Javier por haber pensado en mí para el Premio Liebster. Lo acepto con mucho gusto pero por desgracia no podré seguir la cadena. Este trabajo no me deja tiempo para los placeres terrenales (ni de ninguna otra clase, la verdad).
Entonces los muchachos te han caído bien al final, parece…
Estoy a ver si doy con ellos por internet para ver si puedo hacerme amiga suya e irnos de vacaciones juntos a Siria, que me queda cerca…
También podríais ir a Fukushima, ya puestos, dicen que allí el sushi está muy bien de precio.
Tienes toda la razón la cantidad de Mojigatos y Mojigatas pijos y no pijos que les da por «salvar el mundo» , efectivamente mejor que se queden en casa poniéndoles zancadillas a sus vecinos. Por otra parte sí que hay muchas personas que viven disfrutando al hacer a los demás vivir un poquito mejor, sea en cuestiones de salud, alimentación, etc. Ya tengo mis dudas con los evangelizadores… Al final que cada uno viva como quiera y pueda!!
A mí hay un colectivo que me da aun más reparo que esos que de repente sienten la necesidad de ir a erradicar el hambre del mundo, las personalidades a los que les limpian un negrito para que le pueda dar besitos delante de una cámara.
Esos me dan urticaria! Cuanta hipocresia hay por el mundo y que castos y puros somos nosotros!
Precioso relato la verdad, y que verdad mas grande. Y nunca se habla de todas las personas que dedicais la vida para intentar mejorar la vida de los demás,con tanto esfuerzo. OLE TÚ Y A OTROS TANTOS COMO TU millones de muuuuakas de tu madre aunque sea una pesada y una ignorante en este aspecto. TE QUIERO MI VIDA.
Ala! Tu siempre tan exagerada! Menos mal que te he pisado el pie! Ya sabes que en estos casos las madres no cuentan 😛
Te quiero linda.
Excelente análisis! Como siempre la omnipotencia es la contracara de la estupidez..
Pues no lo habia visto desde ese punto de vista, pero ahora que lo dices…
Y una pequeña, pequeñisima ayuda (aun siendo en interes propio) no es una ayuda al fin?
No sé, opinar sin saber si estos hicon algo por alguien, de verdad…
Cuidate mucho, vale? Muaks
Si, claro que si! Y yo no me opongo a eso. Pero una pequenya (microscopica) ayuda de dos adolescentes en un pais en guerra, es ayuda?
Besos infernales
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Ostras…! Que es esto…? Pero si parece… no puede ser…! Bueno, no pierdo nada, la frotaré… y veremos que pasa….ZAS…!
Soy en genio de la lámpara y te concederé tres deseos..!!!!
Cony…! Masasustao…! No sé… no sé… me pillas así…. Ya está…! Mi primer deseo será que la Chica Adwoa tenga a diario tiempo para los placeres terrenales… (y los de la otra clase, también).
Petonets de los de muy lejos… pero entrañables…
Creo que vas a tener que gastar tu segundo deseo porque el genio de la lampara ha hecho oidos sordos con el primer intento 😉
Un abrazo cruje-huesitos y besito en la mejilla izquierda.
Hay tanta gente dispuesta a salvar al mundo. Y sobre todo, dispuesta a que el mundo se entere que lo quieren salvar.
Un abrazo ensancha corazones.
Y el mundo venga a hacerse el remolon… asi no se puede!
Un abrazo cruje-huesitos
Ah!! pero no es así, no trabajas yendo de trichera en trinchera allí en Beirut. Yo lo creía como tu madre, te imaginaba siempre saliendo de tu casa que estaba adornada en la fachada con un gran agujero producto de un Obús.
Fuera de broma, sabes, es que no nos llegan nada más que las imágenes de los barrios tiroteados, de los edificios bombardeados, si no hay Boommm! aquí no sale una sola noticia del Beirut de a diario, y claro siendo madre siempre te pones en lo peor….
Lo de ayudar solo con la presencia que dice la tía, es bestial El caso es que hay muchos que lo creeen.
Cuídate en las trincheras.
Muchos Besos
Es verdad que hay muchos edificios con las cicatrices de la guerra civil pero yo, de Rambo, todavia no trabajo.
Un abrazo cruje-huesitos
Cada uno en su lugar y en su tajo tiene tarea para mejorar el mundo, no es necesario irse a miles ni cientos de kilómetros dónde tu ayuda es poca (como en una guerra).
Un Abrazo 🙂 .
No puedo estar mas de acuerdo contigo. A veces no nos damos cuenta que somos mas utiles en casa, ayudando a los que nos rodean, que yendonos lejos a buscar nuestro lugar.
Un abrazo cruje-huesitos, paisano
En todas partes hay gente que vive simplemente de cara a la galería. Yo no quiero juzgar a estos porque no les conozco y también sé que es fácil juzgar a la ligera. A mí una vez se me insultó por presumir cuando lo único que quería era compartir, por eso no me aventuro a pensar nada de nadie. Pienso que sólo el tiempo pone a la gente en su lugar y termina mostrando las verdaderas intenciones, a veces incluso ocultas para los propios autores. Somos seres imperfectos, de eso seguro que no hay duda. Besos, guapa.
A mi tampoco me gusta juzgar pero hay veces que las ganas me pueden, aunque me equivoque en mi juicio. Y en este caso no pude resistirme.
Quiero pensar que estos dos chavales se fueron a la guerra con las mejores intenciones del mundo (aunque sigo sin explicarme como consiguieron el permiso paterno), pero lo que me fascina es que quince anyos mas tarde no hagan ningun ejercicio de auto-critica y lo cuenten como «somos los mas guays».
No tengo el placer de conocerte, pero por tus escritos se te adivina una persona sensible y generosa, y sabiendo el trabajo que haces (me lo chivaste una vez) estoy segura que tienes un corazon muy grande. Te insultarian por envidia cochina.
Un abrazo cruje-huesitos
Interensantísimo post… y una vez que casi hago las maletas para Burkina Faso… ¿estarías comentando ahora mi cómic?
Un abrazo desde el sofá…
Burkina Faso no está ni ha estado recientemente en guerra, así que allí te puedes ir a «molestar» 😛
Hola Adwoa,
Tienes una nominación en mi blog.
Buen día…
Llego tardísimo, pero llego. He estado desconectada de todo un tiempo y veo que tú no andas parecido, aunque me perdí esta entrada. Aunque a priori no se pueden juzgar ni valorar las intenciones de nadie que quiera ayudar, porque no podemos meternos en su mente, entiendo perfectamente tu análisis y lo comparto. Muxu enorme y cuidateme mucho, niña!
Todo lo que está pasando en el Líbano y tú sin dar señales de vida. Pero ahora veo que twitteas así que me quedo más tranquila por ti. Mucha fuerza, preciosa!
Gracias Adwoa por acompañarme 🙂 !! http://femeniname.com/gracias/
Gracias a ti por seguir ahí y enhorabuena por el éxito!